En los últimos años, América ha dependido de grandes individualidades, el conjunto siempre ha quedado en segundo término.
Por muchos años se dependió de un jugador salido de fuerzas básicas llamado Cuauhtémoc Blanco, no era un secreto para nadie, todos sabían que el América era uno con Blanco en la cancha y uno sin él.
Posteriormente llego "la nueva era" de un América que dependía igualmente de individualidades, su juego se basaba en un portero y un delantero letal, nos referimos a Guillermo Ochoa y Salvador Cabañas, estos dos jugadores se cansaron de salvar al América, uno salvando goles insalvables y otro anotando goles imposibles, incluso en la época mas gris en la historia del equipo, aquel último lugar de 2008 y que por poco se metían a pelear el descenso, estas dos individualidades se encargaron de que el América no se hundiera más, y vaya que estaba hundido en una profunda crisis. Sin ellos, la situación hubiera sido aún más penosa.
Hoy, la cosa no cambia, el equipo depende de un sólo jugador, lo único que cambia es el nombre, hoy es el turno de Christian Benítez. El ecuatoriano es el América en su totalidad, sin él, este equipo luce pobre y se ve incapaz de anotar goles. Todos saben la dependencia que se tiene por el ecuatoriano, él mismo "Chucho" lo sabe, al igual que rivales y aficionados, aunque en Coapa se cansan de negar la llamada "Chucho-dependencia".
Lo que hace diferente a Benítez de los jugador antes mencionados (Blanco, Cabañas y Ochoa) son dos cosas principalmente. La primera es que Christian busca su beneficio propio, primero esta él, luego él y en tercer lugar el equipo. Y la segunda y quizás más importante, es que Benítez, aunque tiene números impresionantes, se cansa de anotar goles y rompe la liga mexicana cuando quiere, no ha conquistado al americanismo. Su antipatía, su egocentrismo y otros factores, lo han llevado a ser un jugador ajeno a la afición. Pues una cosa es conquistar títulos de goleo individual y otra muy distinta es conquistar el corazón de la gente.
Benítez ha rebasado la autoridad de Miguel Herrera, su indisciplina y su ley son cosa de todos los días en el conjunto americanista y asi seguirá siendo, pues el mismo "Chucho" sabe que no hay quién le ponga un alto, sabe que es fundamental para el equipo y que por más grande que sea su falta al reglamento, él jugará sin importar nada.
Para bien y para mal, América depende de Benítez. Si Benítez anda, América andará. Si Benítez no quiere, América no podrá.
Veremos quién se impone en esta relación que resulta tanto conflictiva como benefica para ambas partes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario