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10 septiembre 2009

Cuauhtémoc, nuestra eterna joya - Autor: Alejandro Gomez, diario Record

Hay juegos que se ganan con clase, otros con carácter y algunos más con consistencia, con paciencia, como el de anoche. Así que, como dijo al final del mismo nuestro querido Temo, celebro que "afortunadamente nunca perdimos la desesperación", otra joya de nuestro flamante '10', que no para de hablar con goles, pases, dirección en el campo, personalidad y labor de equipo.Si a eso le sumamos el peso del Azteca, se explica la victoria del miércoles. Al final del partido la gente de Honduras resumió a la perfección su sentir tras una nueva desilusión en el Coloso de Santa Úrsula: "Hay que construir un estadio allá y ponerle Azteca, para ver qué se siente ganar en él".En el deporte hay paternidades muy difíciles de superar, pero aún más con su planteamiento, pues resulta más complicado ganar con tus delanteros defendiendo.Puedo buscar, como hicieron ayer nuestros amigos del diario Diez, otras 10 razones de por qué no le pueden ganar al Tri en el Azteca, pero aunque se me antoja hacer lo que ayer hizo Efraín Juárez al final del juego, burlarse, prefiero hablar de mi equipo, que sin dar su mejor juego, se impuso justamente, les pasó encima por momentos y dio un enorme y necesario paso para clasificarse, en el juego ante El Salvador, al Mundial de Sudáfrica.Habrá que jugarlo, pero con estas actuaciones, con este público que no paró de apoyar, y con rivales que se espantan ante el imponente coloso, sería un milagro que los salvadoreños se llevaran siquiera un punto de aquí.Sufrió el Vasco Se le veía tenso, preocupado, muy nervioso. Puede que hasta tardara en hacer el primer cambio por lo mismo; pero le salió de nuevo, aguantó, fue firme, le dio confianza a los suyos, los impulsó aún más con la entrada de Barrera y, afortunadamente para su fiel afición, salió con los tres puntos del juego y ahora sí ya se ve de nuevo en otra Copa del Mundo. Lo merece.Malos ganando y perdiendo Al final del caliente partido, Memo Ochoa y Efraín Juárez perdieron el estilo; se les perdona por lo jóvenes que son. Se burlaron de sus rivales, sobre todo el puma, les pasaba de frente, besaba la playera y se reía en la cara de Pavón y Costly. La corriente respuesta de algunos futbolistas centroamericanos fue romper los cristales del vestuario visitante. En todo hay niveles.

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